El molusco contagioso es una infección de la piel que se manifiesta en forma de protuberancias de aspecto redondeado.
Estas son firmes e indoloras y su magnitud puede variar dependiendo del paciente.
El molusco contagioso se irradia a través del contacto directo piel con piel de una persona contagiada, así como por el contacto con objetos contaminados.
Asimismo, es de vital importancia no tocar las protuberancias, ya que la infección podría expandirse a la piel circundante.
Las lesiones causadas por el molusco contagioso suelen desaparecer al cabo de un año sin tratamiento, pero la extirpación es una buena opción cuando se trata de una enfermedad contagiosa.
Esta infección es más frecuente en niños, pero también puede afectar a los adultos, sobre todo, a aquellos que, debido a diversos factores, cuentan con un sistema inmunitario débil.
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¿Qué es el molusco contagioso?
El molusco contagioso es una infección cutánea autoinoculada e infecciosa causada por el virus poxvirus.
Por lo general, esta enfermedad suele afectar a niños de entre 3 y 8 años, quienes suelen infectarse por el contacto con otros niños en el colegio o en piscinas públicas.
A pesar de que éstas reciben desinfección diaria, los productos utilizados no son capaces de combatir al virus, por lo que éste persiste produciéndose en contagio.
Esta infección presenta una máxima influencia entre los niños de 2 y 3 años, siendo más común en aquellos que sufren dermatitis atópica.
En caso de que esta enfermedad afecte a adultos, se considera un caso de enfermedad de trasmisión sexual.
Las lesiones en los genitales se parecen a las causadas por herpes o verrugas, pero, a diferencia de las lesiones ocasionadas por el herpes, estas no causan dolor.
Se trata de una enfermedad que no suele afectar a niños de menos de un año de edad y es más frecuente en zonas cálidas, puesto que los niños llevan menos ropa y están más expuestos al contacto con otros niños u objetos contagiados.
Las lesiones típicas son pápulas redondas, brillantes y de poca magnitud. Asimismo, estas tienen una superficie lisa y crecen a un ritmo lento.
El número de lesiones es muy variable y estas pueden presentarse de forma aislada o en grupo, pudiendo aparecer en prácticamente cualquier zona del cuerpo.
En cuanto al período de incubación, lo más común es que transcurran entre 15 días y 3 meses desde el momento del contagio hasta que aparecen las primeras lesiones.
En ocasiones, se observan lesiones inflamatorias alrededor de las pápulas, que se presentan como zonas enrojecidas que producen un intenso picor.
Síntomas de este tipo de infección en la piel
En función de los tipos de pieles que existen, la infección comienza con la aparición de una protuberancia pequeña e indolora, la cual puede expandirse hasta transformarse en un nódulo de color carne de forma perlada.
Las pápulas tienen un ancho aproximado de 2 a 5 milímetros y, por lo general, no presentan inflamación a menos que el paciente haya estado rascando las lesiones.
Los síntomas de molusco contagioso incluyen erupciones cutáneas de las siguientes características:
- Son de forma circular, tienen relieve y son de color piel.
- Son pequeñas, ya que suelen tener menos de 6 mm de diámetro. No obstante, en pacientes con un sistema inmune débil, estas pueden crecer hasta 15 cm de diámetro.
- En ocasiones, pueden enrojecerse e inflamarse como respuesta del cuerpo ante el virus.
- Pueden causar picor.
- Se pueden soltar fácilmente si el paciente se frota o rasca las lesiones, lo que puede favorecer que el virus se expanda hacia zonas circundantes.
- En niños, las pápulas suelen aparecer en el rostro, el cuello, las axilas y la parte superior de las manos.
- En adultos, si la infección es de transmisión sexual, las pápulas pueden aparecer en los genitales, en la parte inferior del abdomen y en la cara interna de los muslos.
- El molusco contagioso puede infectar cualquier parte del cuerpo, aunque es poco común observarlo en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.
Causas del molusco contagioso
El poxvirus, el virus que causa el molusco contagioso, se transmite con gran facilidad si tiene lugar alguna de las siguientes circunstancias:
- Contacto con la piel de una persona que padezca la infección.
- Contacto con objetos contaminados, como toallas o demás objetos compartidos.
- Mantener relaciones sexuales con un individuo contagiado.
- Rascarse y frotar las lesiones, lo cual provoca que el virus se disemine hacia áreas de la piel cercanas a las pápulas.
En ocasiones, las lesiones pueden persistir y diseminarse, así como producir infecciones bacterianas secundarias, lo cual es poco frecuente.
Con el fin de evitar la propagación del virus, es aconsejable:
- Lavarse las manos con frecuencia con tal de evitar las posibles bacterias que se acumulen en las manos.
- Evitar tocar las protuberancias, ya que rascarse o rasurar la zona afectada con una maquinilla de afeitar puede causar la expansión del virus.
- No compartir objetos de uso personal. Esto incluye desde la ropa hasta toallas de baño, esponjas u otros objetos de uso individual.
- Si estás contagiado, evita el contacto sexual. Si tienes molusco contagioso en los genitales o cerca de ellos, no tengas relaciones sexuales hasta finalizar el tratamiento y cerciorarte que las protuberancias han desaparecido completamente.
- Con tal de evitar el contacto directo, cubre las protuberancias con ropa o un vendaje cuando estés cerca de otras personas.
Tratamiento
En pacientes con un sistema inmune saludable, la infección suele desaparecer sin tratamiento alguno en un período de un año.
Sin embargo, el molusco contagioso puede propagarse antes de su total desaparición.
Es por ello por lo que es esencial acudir a un profesional para que determine cuál es el tratamiento a seguir.
Las protuberancias no suelen dejar cicatrices, a menos que el paciente haya ejercido un rascado excesivo en la zona.
A pesar de que el trastorno suele desaparecer sin necesidad de tratamiento, este puede persistir en pacientes con un sistema inmune débil.
El tratamiento tampoco es estrictamente necesario en niños. No obstante, los centros educativos suelen recomendar a los padres que traten a sus hijos con tal de evitar el contagio a otros escolares.
Ante un caso de molusco contagioso en niños pequeños, al igual que sucede en adultos, es esencial acudir a un médico especialista para que determine el proceso a seguir.
Las lesiones individuales se pueden extirpar con cirugía menor, es decir, aquella que no necesita anestesia general y que se ocupa de intervenciones de poca envergadura.
En este caso, la cirugía menor se ejerce a través del raspado, la congelación de las pápulas o la extirpación del núcleo de la lesión.
Asimismo, también se suele utilizar electrocirugía con aguja o un tratamiento con láser.
Igualmente es frecuente utilizar cremas o medicamentos como los preparados de ácido salicílico que se hacen servir para eliminar verrugas.
Esperamos que este artículo sobre el Molusco Contagioso te haya resultado provechoso.
Si presentas alguno de los síntomas mencionados a lo largo del texto o es tu hijo quien lo está padeciendo, no dudes en contactar con un médico especialista.
El rápido diagnóstico de la infección y el seguimiento del tratamiento indicado por el profesional especializado es clave para su pronta curación.
De este modo, se adoptan las medidas oportunas tanto para evitar el contagio a otros individuos como para frenar la autoinoculación del virus y así evitar su diseminación hacia otras partes del cuerpo.
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