Las zonas descubiertas de nuestra piel suelen ser más propensas a presentar infecciones de la piel y enfermedades dermatológicas.
Su prevención y tratamiento son elementales para anticipar y combatir sus efectos adversos en la piel.
Si recientemente tu piel ha experimentado una irritación inusual y sientes una picazón intensa en esa zona, puede que padezcas dermatitis de contacto, también conocida como dermatitis de contacto irritativa.
- Te invitamos a que continúes leyendo el resto del artículo para poder conocer de qué se trata esta afección y cómo puedes tratar esta enfermedad de la piel.
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Qué es dermatitis de contacto
La dermatitis de contacto es una irritación cutánea que se produce cuando una sustancia daña la capa protectora exterior de la piel.
Esta afección está causada por agentes externos y sustancias que producen una reacción tóxica y dañina en el tejido.
Estos agentes suelen ser alérgenos o sustancias irritantes. Según el mecanismo patogénico, se pueden distinguir diferentes formas, como la dermatitis alérgica y la dermatitis irritativa.
Una misma sustancia puede causar estas afecciones por diferentes mecanismos. Aunque la dermatitis alérgica de contacto también es frecuente entre los pacientes.
Estas afecciones se manifiestan principalmente en forma de prurito, una inflamación de la piel que produce un picor incesante muy incómodo para el paciente.
Esta reacción se debe directamente a la acción inflamatoria de diferentes sustancias desencadenantes que han penetrado en la dermis.
Además, estas también pueden presentar distintos aspectos en la piel. La inflamación característica puede estar acompañada por cambios cutáneos como el eritema, la formación de ampollas y la ulceración, en cualquier superficie expuesta de la piel.
A menudo se compara la dermatitis de contacto con el eccema por contacto, ambas reacciones presentan una lesión eccematosa muy semejante.
No obstante, es probable que la dermatitis también adopte otros patrones como liquenoide, eritema exudativo multiforme o urticariforme, entre otros.
Esta afección presenta una morfología clínica variada que depende en cada caso de las propiedades de la sustancia irritante o del alérgeno en cuestión, y de las características de la exposición, concentración, superficie expuesta y otros muchos desencadenantes.
De este modo, las formas en que puede presentarse esta enfermedad en la piel se dividen en 2:
- Forma aguda: se desarrolla tras el contacto con agentes que dañan rápidamente la epidermis, suele adoptar un aspecto de quemadura cutánea.
- Forma crónica: se produce cuando la persona está expuesta de forma reiterada a agentes irritantes o alérgenos de forma acumulativa hasta producir la dermatitis por contacto. La infección es crónica cuando la sintomatología persiste aun cuando el contacto con el agente irritante ha cesado.
Síntomas de dermatitis alérgica de contacto
La sintomatología de la dermatitis de contacto suele variar dependiendo del agente externo que la produzca en cada caso, y si se debe a una reacción alérgica o irritante.
De igual forma, cada paciente puede experimentar diferentes síntomas en el tiempo.
La reacción inflamatoria característica puede producirse de forma repentina tras el contacto con el agente externo o, en cambio, aparecer en la piel después de haber estado en contacto tras un largo periodo de tiempo.
Frecuentemente, la dermatitis de contacto irritativa se presenta con piel seca, áspera, fisuras o cortes en la piel, un color rojizo e inflamación.
El paciente puede experimentar prurito, una picazón intensa en la zona afectada, e incluso dolor. La comezón es un síntoma muy común, en algunos casos puede llegar a ser muy intensa.
Además, también puede presentarse un sarpullido de tonalidad roja donde la sustancia estuvo en contacto con la piel tras 24 y 48 horas después de la exposición.
Esta erupción puede llegar a formar ampollas húmedas con pus, supurar líquidos, sentirse muy caliente y sensible, formar costra, volverse escamosa y gruesa, o, poner la piel afectada en carne viva.
En cuanto a la reacción alérgica, la lesión más típica que se presenta es el eccema en fase aguda, con vesículas, exudación y costras.
Por lo general, se limitan a áreas expuestas a alérgenos, pero también pueden ocurrir brotes generalizados. El paciente también puede experimentar prurito.
El níquel es uno de los culpables de la dermatitis alérgica en los niños, con mayor prevalencia en las niñas.
Se cree que la perforación de los lóbulos de las orejas para los pendientes es la principal fuente de sensibilización. Además, también son típicas las lesiones en contacto con joyas, relojes, botones metálicos y hebillas.
Estos signos suelen presentarse en zonas de la piel no protegidas, en la mayoría de los casos suele presentarse en las manos y en las zonas próximas.
Los productos capilares, los cosméticos, los perfumes o incluso los metales también pueden incentivar su aparición en la dermis de la cabeza, la cara y el cuello.
Causa más frecuente de dermatitis de contacto
Existen una gran variedad de sustancias que pueden causar lesiones en la barrera protectora de la piel y ocasionar dermatitis por contacto según si se trata de tipo irritativa o alérgica.
En el caso de la dermatitis de contacto irritante, se debe al contacto directo con sustancias tóxicas con las que la piel entra en contacto.
La sustancia que produce la inflamación cutánea puede ser uno de entre los miles de alérgenos e irritantes conocidos.
El jabón, los blanqueadores, el serrín, algunas plantas, los fertilizantes y pesticidas, determinados detergentes y disolventes, los líquidos corporales o la lana son algunas de las sustancias que pueden causar esta complicación dermatológica.
Algunos pacientes pueden reaccionar con irritaciones fuertes después de estar en contacto con la sustancia una única vez. Y en cambio, otros pueden experimentar signos y síntomas después de una estar en contacto repetidas veces con irritantes más leves.
En cuanto a la dermatitis de contacto alérgica, esta ocurre cuando un alérgeno desencadena una respuesta inmunitaria en la piel donde se ha producido el contacto.
Sin embargo, ciertas sustancias que ingresan al cuerpo a través de alimentos, condimentos, medicamentos o procedimientos médicos o dentales, pueden ser desencadenantes.
Después de una sola exposición, puede volverse más sensible a otros alérgenos más fuertes, como la hiedra venenosa.
En cambio, los alérgenos débiles requieren múltiples exposiciones durante muchos años para desencadenar alergias.
Los alérgenos más frecuentes son el níquel, algunos medicamentos como las cremas antibióticas y los antihistamínicos orales, el bálsamo del Perú, el formaldehído, ciertos productos de cuidado personal, plantas como la hiedra venenosa, polen, insecticidas y protectores solares.
Tratamiento de dermatitis por contacto
El factor principal en el tratamiento de los 2 tipos de dermatitis por contacto es evitar el contacto con la piel de la sustancia que causa la afección.
En cuanto a las medidas de prevención general, se recomienda seguir las siguientes indicaciones:
- Evitar el contacto con sustancias irritantes y alérgenos.
- Lavarse la piel inmediatamente después de haber estado en contacto con la sustancia desencadenante. Es recomendable hacer uso de un jabón suave sin fragancia y agua tibia.
- Utilizar ropa de protección, guantes, mascarillas, gafas y otros elementos de protección que pueden impedir el contacto directo.
- Aplicar un parche termoadherente para evitar una reacción por contacto a los cierres metálicos de los botones, pantalones o cremalleras.
- Usar una crema para dermatitis alérgica de contacto o o gel de barrera para proteger la piel de los alérgenos.
- Utilizar una crema humectante para restaurar la capa externa de la piel y mantenerla tersa.
- Mantener cuidado con las mascotas, ya que los alérgenos pueden adherirse al pelaje y transmitirse a las personas.
En la dermatitis irritante, donde es imposible evitar completamente el contacto con los desencadenantes, pueden ser útiles las pastas, ungüentos y otros productos de barrera o protectores.
Estos remedios naturales para la dermatitis de contacto en las manos por ejemplo suelen ser mucho menos eficaces en cuanto a la dermatitis alérgica. Los tratamientos para este tipo de dermatitis también pueden incluir:
- Compresas frías.
- Corticoides tópicos.
- Antihistamínicos sistémicos, si fuera necesario, para el prurito.
En la dermatitis alérgica, es importante advertir a los pacientes que la desensibilización mediante vacunas u otros métodos es imposible, pero evitar los alérgenos a largo plazo puede hacer desaparecer la hipersensibilidad.
Una vez que se establece la lesión, el tratamiento general debe orientarse en curar los eccemas. La mayoría de los eccemas se pueden controlar con corticosteroides tópicos.
Si los componentes exudativos son muy grandes, se pueden combinar con una compresa caliente o un baño en una solución antiséptica y secante.
Estos incluyen sulfato de cobre, sulfato de zinc o una combinación de sulfatos. Se debe tener especial cuidado para evitar la ingestión accidental de estas sustancias por parte de los pacientes de menor edad.
En casos graves, se pueden necesitar antihistamínicos y corticosteroides orales, pero esta necesidad es poco común en la niñez.
Como puedes observar, esta reacción cutánea es muy común padecerla, ya que es casi inevitable.
Pero es imprescindible ponerle solución de forma inmediata en cuanto se detecta algún síntoma nombrado anteriormente, de esta forma se podrá controlar la afección y evitar males peores.
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